El Inter se mantiene 2º tras el diluvio de Son Ferriol.




Un empate pasado por agua. En Son Ferriol el Inter Manacor solo pudo recoger un punto tras haber guerreado por la victoria bajo el diluvio. ¡Lástima! El equipo de Aguado cuajó una muy buena mitad y, tras dominar en la mayor parte de los compases del partido, no pudo recoger mejores frutos. El encuentro arrancó alegre. Ambos conjuntos se mantenían bien colocados en el viejo y duro césped de Son Ferriol. La tendencia no descartaba a nadie, pero el equipo rossonero poco a poco se estaba haciendo con el control del cuero. La primera la tuvo Pedro Santandreu, rematando al rechace un balón que terminó por escupir el poste y privar al Inter del primer gol. El Ferriolense no conseguía crear peligro y los de Aguado estaban bordando el partido, ciñéndose al plan a la perfección. Con el paso de los minutos los manacorís se iban gustando y se olía que pronto llegaría el gol, y así fue. En el 22’ de partido asistía magníficamente Carlos a Jimmy para anotar el primero de la tarde y poner, con el 0-1, el partido patas arriba. El Ferriolense estaba obligado a mover ficha si quería ganar y, mientras tanto, el Inter Manacor seguía sintiéndose cómodo con el balón. Aun así, cuando todo permanecía bajo control, un despiste defensivo le jugó una nueva mala pasada al Inter y terminó cediendo el 1-1 antes del descanso.
En el segundo tiempo el factor lluvia fue protagonista. Se encharcó el campo y el debate de seguir se puso sobre la mesa. Se siguió y nadie objetó nada al respecto, teniendo todos que adaptarse a las circunstancias. Algún que otro susto con los frenazos repentinos del balón y poco más. Tras los primeros campases de adaptación, el Inter Manacor tiró de casta y orgullo con todo lo que le quedaba y tenía. El Ferriolense apretó y los rossoneros se arremangaron cual jabatos en el campo. Tuvieron alguna ocasión incluso para ganar, anulando un gol a Menut que pudo haber subido en el marcador. Al final, tras mucho pelear en medio de un diluvio universal, no pudo rascarse más y el colegiado decretó, con el pitido final, el justo reparto de puntos.