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De Cala Manacor a Porto Cristo, pasando por Colonia del Carmen

Un repaso a la historia de Porto Cristo como núcleo poblacional, nos llevará a conocer los distintos topónimos con que ha sido bautizado el lugar, hoy destacado núcleo turístico del municipio de Manacor.
Por ejemplo, en la enciclopedia libre «Wikipedia», encontramos esta definición: «Porto Cristo (o Puerto de Manacor) es una localidad y pedanía española perteneciente al municipio de Manacor, en la parte oriental de Mallorca, comunidad autónoma de las Islas Baleares. En plena costa mediterránea, cerca de esta localidad, se encuentran los núcleos de La Marineta, Cala Anguila-Cala Mandia, Cala Romántica, s’Illot, sa Coma y Son Carrió.»
Referente al topónimo, nos dice que el nombre de Puerto de Manacor (Port de Manacor en catalán), llegó a ser oficial, por ser el principal puerto de la ciudad a la que pertenece, y se añade que el nombre de Porto Cristo, viene dado a consecuencia del desembarco en la zona de una embarcación que transportaba la imagen de un Cristo y de una Virgen, hacia el año 1260. Los tripulantes de la embarcación, mientras estaban luchando contra una fuerte tormenta en alta mar, prometieron que dejarían aquellas imágenes si llegaban con vida a algún puerto. Finalmente llegaron sanos y salvos a la bahía de Cala Manacor, donde cedieron las imágenes, tal y como habían prometido. El actual nombre proviene del latín porto, de portare y cristo, en referencia a la imagen desembarcada, pues por entonces todavía no se había fundado el puerto.
Pero antes de que se llamara Porto Cristo, el lugar fue conocido como Colonia Agrícola del Carmen, fundada el año 1888 por Jordi de San Simón y de Montaner, marqués del Reguer, en la possessió sa Marineta, de su propiedad. La colonia del Carmen, situada a 12 kilómetros de distancia del pueblo más cercano, que era Manacor, se acogía a la Ley de Colonias de 21 de noviembre de 1855 y a otra de 3 de junio de 1868, que dieron lugar a la creación de nueve colonias agrícolas en Mallorca, entre 1874 y 1891, de las que actualmente cuatro de ellas actualmente son importantes núcleos de población turística: Sa Colònia de Sant Pere de Artà, Sa Colònia de Sant Jordi de Campos -si bien dentro del término municipal de Ses Salines-, Porto Colom en Felanitx y Porto Cristo en Manacor.
Según figura en un trabajo firmado por Bartomeu Pastor Sureda, bajo el título «Les Colònies Agrícoles del segle XIX a Mallorca», «la extensión de la colonia del Carmen abarcaba una superficie de 14 hectáreas y la primera escritura pública data del año 1892. El año siguiente La Marineta fue comprada por Llorenç Caldentey Rosselló, que amplió la parcelación. En 1895 la población era de 102 personas, que iría disminuyendo hasta el año 1900, a causa de la filoxera de la viña, que obligó a la emigración de muchos de sus pobladores, en busca de otros lugares de trabajo.»
Pastor Sureda concluye diciendo que «la aparición de estas colonias según la ley de 1868 supuso nuevos puestos de trabajo, así como el aumento de las tierras de cultivo, y en consecuencia una disminución del hambre y de la emigración. Asimismo posibilitaron el aumento de los ‘pequeños propietarios-jornaleros’ que, a fuerza de trabajar las tierras marginales y menos productivas de los grandes terratenientes, contribuyeron a enriquecer todavía más a los grandes propietarios absentistas. A finales del siglo XIX, con la caducidad de la citada ley de colonias y por tanto de todos los privilegios y excepciones, desaparecieron todas las colonias, menos las cuatro marineras o costeras, como la de Campos, Porto Colom de Felanitx, Porto Cristo de Manacor y la de Sant Pere de Artà, que cambiaron su actividad agrícola para convertirse en puertos pesqueros y comerciales, y, ya bien entrado el siglo XX en espacios de veraneo y zonas turísticas.»

Leyes de colonización

En un espíritu heredado directamente de la «ilustración» del siglo XVIII, Isabel II había promulgado en 1855, 66 y 68 «Leyes de Colonización» cada vez más estimulantes por las ventajas que proporcionaban a los que se ampararan en ellas. La finalidad era facilitar el agrupamiento de campesinos dispersos con el fin de que pudieran disponer de médico, cirujano, veterinario, maestros de escuela a cargo del estado durante diez años si la colonia constaba de más de cien casas y distara más de siete kilómetros de la población más cercana. El Estado se comprometía, además, a edificar una iglesia dotándola de un párroco. En compensación, el propietario que parcelara su predio, facilitando las instalaciones comunitarias, así como almacenes para los productos de la tierra, su conservación y su comercialización, estaría libre de la contribución sobre inmuebles durante diez años, dispensado de servicio militar y autorizado al libre uso de armas.
Comenta Juan Moratille en su libro «Porto Cristo entre ayer y mañana» que el primer terrateniente de Cala Manacor que se interesó en establecer un caserío fue Antonio Villalonga y Escalada, propietario de la finca «Sa Carrotja», proponiendo al Ayuntamiento establecer un caserío «a fin de poder, con comodidad, asistir a los enfermos a tomar baños de mar, para dar más impulso a la agricultura por la distancia que media de esta población y por otras razones que dejan de enumerarse, al mismo tiempo, para estudiar aquel terreno, se nombró una comisión compuesta por los señores Tenientes de Alcalde ciudadano Pastor y ciudadano Martí y por los concejales síndicos S. Rosselló, M. Gelabert y P. Puigrós, cuya proposición fue presentada por el señor presidente, ciudadano Lorenzo Sansó.»
A los pocos días, la Comisión Municipal contestó que «habiendo estudiado aquel terreno bajo todas las condiciones así higiénicas como económicas, opina que es conveniente la edificación o establecimiento de aquel caserío y que este radique en el predio llamado Sa Carrotja.» Sin embargo, en vista a la realidad geográfica del lugar no parecía una buena elección, pues la pendiente -aún más pronunciada entonces que la cuesta de Can Blau- no facilitaba el acceso a la playa desde la mencionada finca que coronaba el acantilado de las Coves Blanques. Fuera por éste o por otros motivos, al final no hubo resolución favorable por parte del Ayuntaminto al proyecto presentado por el propietario de la finca Sa Carrotja.

Nace la Colonia del Carmen

Así las cosas, se tuvo qu esperar hasta 1888 para que se consiguiese la concesión de Aduana de 2ª que permitiera la exportación e importación de productos tan deseada por los productores. Como quiera que la nueva aduana tenía que edificarse en terrenos propiedad del Marqués del Reguer, situados en el límite del mar con la finca de Sa Marineta, rápidamente Jorge de San Simó y Muntaner, Conde de San Simó y Marqués del Reguer , aprovechó la ocasión para colonizar la cala al amparo de las leyes citadas anteriormente, y estableció un plano de parcelación que fue presentado por el Ayuntamiento al Gobierno Civil. Paralelamente, la Administración Local solicitaba de los organismos correspondientes la concesión de las ventajas contempladas en la Ley de Colonias y activó el nombramiento de Jesús Bernal como administrador de la aduana, que tomó posesión de su cargo el 3 de julio de 1888. Cuatro días más tarde quedaba aprobado el plan del caserío que se llamaría «Colonia del Carmen», de una extensión de 14 Has. 22 a, adaptándose a la Ley de Colonias de 3 de julio de 1868. La finalidad básica de la Colonia era «promover las industrias agrícolas.»
Había nacido lo que sería Porto Cristo como puerto comercial y colonia agrícola. El paso del tiempo se encargaría de que, nuevos derroteros de la historia, cambiaran su primitivo destino u objetivos por los que había sido fundado aquel caserío o colonia.
Según documentación consultada, no fue fácil decretar oficialmente el nombre y la grafía del topónimo Porto Cristo, imponiéndose a otros nombres por los que había sido conocido el lugar, como Cala Manacor, Colònia de Nostra Senyora del Carmen, Port de Manacor, o Portocristo (todo junto), hasta llegar a ser admitida oficialmente «Porto Cristo». Un tema que trataremos en un próximo reportaje.

Busto de Jorge de San Simó, fundador de la Colonia del Carmen
Monumento levantado por «El Pueblo de Porto Cristo al Marqués de Reiguer (junio 1989), con la mirada de San Simó hacia la bahía
Reparto de la zona de Porto Cristo en los diferentes predios existentes antes de la fundación de la Colonia del campo
Escrito del Marqués del Reiguer publicado en el álbum «Porto Cristo temps enrere» de Joan Riera Bordoi

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