
“La fotografía que nos facilitó los indicios, fue analizada y nos ofreció el testimonio de la vegetación circundante en donde se veían unas franjas de terreno perfectamente marcadas”
Hablamos con Cesc Busquets, principal resposable de los trabajos para la búsqueda y exhumación de quienes fueron asesinados en Son Coletes en el 36, y que ya finalizaron
“La fotografía que nos facilitó los indicios, fue analizada y nos ofreció el testimonio de la vegetación circundante en donde se veían unas franjas de terreno perfectamente marcadas”
Antoni Sureda P.
El pasado fin de semana, ya eran 18 los restos de los cadáveres encontrados de personas que fueron fusiladas y arrojadas en fosas comunes en el cementerio de Son Coletes. Los últimos restos humanos de los represaliados que se han incorporado a la que tiene todas las trazas de ser una larga lista, son los pertenecientes a dos mujeres arrojadas en la zanja, enterradas a cal viva; y el viernes 7 de agosto se encontraron los restos de seis milicianos republicanos a los que se pudo identificar como tales por los restos de su vestimenta, calzado e insignias pertenecientes al cuerpo de infantería. Tras la exhumación de los restos de las dos mujeres, el equipo de arqueólogos y antropólogos que trabajan bajo la coordinación del arqueólogo Cesc Busquets, de Atics, llegaron a la conclusión de que ninguno de los restos pertenece a alguna de las cinco enfermeras capturadas después del reembarco de las tropas republicanas del Capitán Alberto Bayo el 4 de septiembre, después de haber fracasado su intento de conquistar la isla de Mallorca.
– Sr. Busquets, tras las casi dos primeras semanas de trabajo, no se encontraron restos de los fusilados y enterrados en zanjas en 1936, pero al final y a falta de una semana de prórroga que os habéis marcado, son ya 18 los restos de cadáveres víctimas de la represión fascista…
– Aquí hay que aclarar que el trabajo correspondiente a las dos primeras semanas, fue clave para confirmarnos que nuestro plan de trabajo era el correcto. En estas semanas encontramos la base de la cruz, levantada en memoria de las víctimas de la peste bubónica que asoló la Comarca de Llevant en 1820. Todas nuestras referencias apuntaban que los represaliados de 1936, se encontraban alrededor de aquel cuadrado protegido con una pared seca no muy elevada y donde se encontraba la cruz en recuerdo de los fallecidos por la peste, que no fueron enterrados en el entonces Cementerio Municipal y que hoy es un parque, en aras de evitar nuevos contagios por la temida peste bubónica.
– ¿De dónde arrancó esta metodología en el trabajo, cogiendo como referencia el cuadrado donde reposaban los restos de las víctimas de la peste de 1820 y donde fue colocada la cruz de hierro años más tarde?
– Después de que en años anteriores hicimos unas catas de estudio en otros lugares de Son Coletes, en esta ocasión nos hemos basado en los estudios del historiador local Sr. Antoni Tugores, que defendía con insistencia que la clave de partida era la cruz a la que he hecho referencia y de la que sabemos que fue colocada en aquel lugar en el año 1922 a petición de un concejal del Ayuntamiento de Manacor, para que se recordara que en aquel lugar habían sido enterradas las víctimas de la peste bubónica de 1820. Así pues, aquellos primeros días de trabajo fueron necesarios para poder trazar nuestra hoja de ruta.
– ¿Qué indicios aportaba la que entonces era solo una teoría de que los enterramientos de los represaliados fueron lanzados en fosas radiales respecto al cuadrado y la cruz?
– Una fotografía tomada en el año 1942, a la que pudimos acceder una vez que la administración de Estados Unidos levantó el secreto del expediente pasados los años reglados para ello. La suerte de encontrar esta fotografía fue doble, porque muy probablemente la foto no fue tomada por un aviador estadounidense, sino por un piloto de la RAF, quienes cedieron copias de su archivo a sus aliados, una vez que éstos entraron en guerra.
– ¿Y cómo una fotografía aérea tomada en 1942 pudo dar una pista segura de lo ocurrido seis años antes de ser captada la imagen?
– La fotografía que nos facilitó los indicios fue analizada, y ofrecía el testimonio de la vegetación circundante, donde se veían unas franjas de terreno perfectamente marcadas y con una muy escasa vegetación que no cuadraba con su entorno. Entendimos que era una clara indicación de que el terreno había sido removido. En base a ello y una vez encontrada la base de la cruz, a 2’70 metros de profundidad del piso actual, tuvimos claro que aquel era nuestro punto de partida para encontrar y exhumar los restos de los represaliados en 1936 por los grupos de fanáticos a quienes en vez de detener, no se les impidió que realizaran sus correrías nocturnas.
– ¿Tiene usted alguna idea del por qué se recurrió en su día a este antiguo y abandonado lugar de enterramiento?
– Se ha documentado que parte de aquel terreno circundante al pequeño cementerio de 1820, era de propiedad municipal. Pero el auténtico motivo de proceder a los fusilamientos y enterrar en este lugar a las víctimas, fue debido a que en los primeros días iniciada la represalia, se habían quemado muchos cadáveres de las primeras personas asesinadas en un lateral del cementerio oficial de Manacor, hoy y como he dicho anteriormente convertido en un parque. Pero siendo en Manacor el viento dominante el Llevant, el hedor que se esparcía por toda la ciudad, era inaguantable, toda una tortura, añadida al miedo de muchos y por supuesto tampoco era del agrado de los dirigentes del llamado bando nacional, auténticos organizadores de la represión.
– Entorno a las fosas comunes que habéis encontrado, aparecen un buen número de enterramientos individuales colocados con esmero y no arrojados de mala manera unos sobre otros o con cal viva como los encontrados en las zanjas más anchas o fosas comunes para los represaliados… ¿Encuentra algún sentido a la distribución de las fosas comunes paralelas al conjunto de los enterramientos particulares?
– El motivo pudo ser una clara intención de camuflar las fosas comunes justo al lado de los enterramientos particulares de 1820. Con ello supongo que evitaban extenderse más allá de los límites de la propiedad municipal y con el añadido de que, al saber de la tumbas de las víctimas de la peste, difícilmente alguien iría a escarbar en el lugar. Luego, ya cuando el inicio de las obras del nuevo cementerio en 1947 y que se inauguró oficialmente en 1957, tanto unas tumbas como otras quedaron bajo una capa de escombros de relleno entre un grosor de 1’80 y a más de 3 metros del piso actual. Construido el nuevo Cementerio Municipal precisamente en Son Coletes y hasta el año 2018, nadie tenía conocimiento de la extensión y distribución de aquel viejo cementerio del siglo XIX, cuya fotografía aérea nos ha dado las pistas para encontrar su emplazamiento exacto en medio de este enorme conjunto que es el Cementerio de Son Coletes en la actualidad.
– ¿Cuándo apareció la desclasificada fotografía por la administración estadounidense?
– La fotografía fue encontrada por el Catedrático de la Universitat de les Illes Balears, Cels García, que estaba trabajando en otra investigación. Gracias a dicha fotografía hemos podido situar exactamente el viejo cementerio inicialmente habilitado expresamente para las víctimas de la pandemia. Por ello y para averiguar lo que allí había ocurrido, nos centramos en el espacio marcado por la fotografía y sus alrededores. Luego, si examinamos la fotografía tomada por aviones norteamericanos en el año 1956, ya vemos que el espacio en cuestión, en donde se encontraba la cruz de la fotografía de 1942, había quedado absorbido y casi tres metros bajo tierra del nuevo piso actual surgido a raíz de las obras. Ahora bien, estas tumbas que están bajo tierra, en realidad fueron construidas en la superficie, como nos indican las paredes exteriores perfectamente preparadas para impedir filtraciones de la lluvia. Con esta forma de proceder, es evidente que el pasado quedaba muy bien camuflado.
– Tal y como me dijo al principio, usted es el coordinador del “Pla de Foses del Govern Balear” y trabaja para la empresa que consiguió la adjudicación, ATICS. En teoría debían haber terminado esta primera fase el 9 de agosto. ¿Hasta cuándo seguiréis con este trabajo en Son Coletes?
– Al haber encontrado tal cantidad de restos de los represaliados en 1936, nos ha obligado a seguir trabajando durante toda esta semana. Pero es evidente que no hemos hecho más que comenzar y queda todavía mucho trabajo por hacer. En principio esperamos poder continuar estos trabajos durante el próximo año o en el 2022. Todo evidentemente dependerá de las posibilidades de seguir invirtiendo en la búsqueda y exhumación de los restos de quienes fueron represaliados en el año 1936.
– Espero que en una próxima ocasión, y mejor si es posible en esta última semana de búsqueda, podamos hablar sobre el estado y particularidades de los restos encontrados durante estas semanas de trabajo.
– Cuando queráis, pero hay que entender que todavía queda mucho trabajo por hacer, a fin de conseguir averiguar lo que nos puedan decir los restos de los cadáveres encontrados en esta campaña.