
¿Porto Cristo, Porto-Cristo o Portocristo?


Como vimos en el anterior reportaje titulado «De Cala Manacor a Porto Cristo pasando por Colonia del Carmen», han sido varios y diferentes los topónimos que han identificado el mismo lugar: Cala Manacor, Colonia Verge del Carme, Port de Manacor y Portocristo, o Porto Cristo, que es el reconocido oficial y popularmente. Sin embargo, cabe recordar que durante décadas, la adopción del actual topónimo, «Porto Cristo», mantuvo enfrentados al Ayuntamiento de Manacor, el Govern Balear, la UIB y la Agrupació Independent de Porto Cristo (AIPC).
En un artículo publicado en su día por S. Sansó en el Diario de Mallorca, el catedrático de Geografía de la Universidad de les Illes Balears, manifiesta que «aunque por razones que no termino de ver claras no caiga bien, el topónimo genuino es el de Cala Manacor para el accidente geográfico y el de Port de Manacor para el núcleo poblacional; y si nos remontamos al momento de su fundación, sería el de Colònia de Nostra Senyora del Carme«, y añade que «Portocristo (así todo junto) es un falso mozarabismo creado a imitación de otros verdaderos como Portopetra (que no Portopetro) o Portopí. Si partimos de la base que se trata de un neotopónimo y que el genérico Porto no tiene significación, debería escribirse junto. El problema es que se ha querido crear con todo ello una cuestión política«.
Según el citado artículo de S. Sansó, la polémica sobre el topónimo correcto, o no, se desató en 1988, cuando el Govern Balear quiso normalizar e institucionalizar, por decreto, los nombres de algunos de los enclaves de la isla, entre ellos los del término municipal de Manacor. Con el respaldo de la UIB, el Ejecutivo Balear propuso Portocristo, Cala Moreia y Estanc den Mas como las nomenclaturas correctas de los tres principales enclaves turísticos de la zona, lo no fue del agrado del consistorio que entonces presidía el alcalde socialista Jaume Llull, con Maria Antònia Vadell (PSM) al frente del área de Política Lingüística municipal.
Según Vadell, el Ayuntamiento remitió un informe al Govern alegando que consideraban que Porto Cristo debía escribirse por separado, puesto que era un topónimo muy reciente y conmemoraba, además, unos hechos históricos como era la llegada al lugar de la talla del crucifijo que posteriormente dio el nombre a la localidad. «Pero no nos hicieron demasiado caso y el problema continuó«, según Vadell.
El caso llegó al Tribunal Superior de Justicia de Baleares, quien refrendó los argumentos de la Comunitat Autònoma y los especialistas, y denegó, en febrero de 1990, las pretensiones del Ayuntamiento, que no se conformó con el dictamen, y presentó recurso de apelación ante el Tribunal Supremo.
Mientras tanto nacía el grupo porteño «Agrupació Independents de Porto Cristo (AIPC), encabezado por Jaume Brunet, quien manifestó que habían decidido recurrir porque estaban convencidos de sus argumentos. Sobre la grafía del topónimo, si escribirlo todo junto o separado, Brunet manifestó que, por estética a él le gustaba más Porto Cristo, pero «en todo caso la Universitat es la que en teoría sabe más del tema«.
El recurso prosperó y diez años más tarde, el Supremo parecía zanjar el tema asignando una nueva nomenclatura a los tres enclaves turísticos de Manacor. Así, Cala Moreia, pasaría a ser s’Illot, el Estany den Mas, s’Estany den Mas y Porto Cristo tanto podía escribirse separado, como separado por un guión (Porto-Cristo). Tan solo faltaba que el Govern firmara un nuevo decreto de rectificación para que se procediera a la nueva rotulación en los mapas y señales de tráfico, cosa que todavía hoy no se ha producido del todo. Por su parte la UIB sigue sin reconocer lo que para sus responsables del tema no deja de ser «una obcecación localista.»
Por su parte, Joan Gomila (AIPC), presidente de la Junta de distrito de Porto Cristo, se manifestaba diciendo que había una sentencia firme que hay que cumplir: «No creo que haya que meter la política en todo esto. A mí creo que hasta me gusta más escrito todo junto, pero hay que acatar el veredicto, cambiando y unificando todas las señales e indicaciones«.
Para el profesor Grimalt, «la cuestión es que justamente el nombre Port de Manacor está desapareciendo del uso oral» y alega que al final «es la Administración la que, al menos sobre el papel, debe fijar los nombres«.



