
«Veremos…», por Miquel Mas
ARMENGOL
Como dice Matías Vallés, esta política de raza quizá no sea la mejor preparada para ocupar la Presidencia del Congreso, pero seguramente era la más conveniente y lo avala precisamente el que haya sido capaz de aunar a su favor y en primera vuelta la mayoría absoluta de la Cámara. Para llegar habrá tenido que dialogar y hacer concesiones, como que hará lo posible para que sus señorías puedan dirigirse a los asistentes a través de sus lenguas cooficiales: Catalán, Euskera y Galego junto al Castellano unitario utilizado hasta ahora. Su amigo y anterior presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, ya le ha hecho saber que en su Tierra se habla el Valencià y que así lo recoge su Estatut. Habrá que ponerse de acuerdo y resolver un asunto técnico de traducción simultánea que no es menor.
Nuestra presidenta Marga Prohens, aparte de felicitarla, también ha aprovechado para recordarle la financiación deficitaria que recibimos. No sé qué puede hacerse desde la presidencia del Congreso en este aspecto, pero vale, Francina Armengol también sigue siendo la secretaria general del PSIB y miembra de la ejecutiva nacional del partido, y algo debe barruntar en su cabeza ya que me ha cambiado los conceptos: cuando era Presidenta de nuestra Comunidad, era el Mediterráneo el que nos separaba de la península y encarecía nuestra insularidad, y ahora, ya aposentada en Madrid, dice que es precisamente el Mediterráneo el que nos une. Veremos…
FEIJÓO
No acabo de entender a Alberto Núñez Feijóo y al PP en su empeño al asegurar que Pedro Sánchez y el PSOE bloquean su investidura, a no ser que pretenda que el PSOE le preste estos cuatro votos que dice le faltan para obtener la mayoría absoluta del Congreso. El asunto es complicado y si Feijóo lo tiene difícil Pedro Sánchez no lo tiene mejor. Mi atención se centra en un parlamentario serio como es Aitor Esteban, portavoz del PNV. Está claro que el PNV no puede formar parte de un Gobierno donde también participe VOX, pero puede negociar muy favorablemente una abstención para que en segunda vuelta salga elegida la propuesta de Feijóo por mayoría simple y después ya se las arreglará. El PNV lo tiene a punto de caramelo para excusarse en una abstención responsable vistos los resultados del PP en las Elecciones Municipales, Autonómicas y contar también con la mayoría absoluta en el Senado, que este sí tiene capacidad de bloquear la función legislativa del Congreso de Diputados, fiscalizando una y otra vez sus resoluciones de proyectos de ley a base de enmiendas parciales o totales y devolverlas a la Cámara Baja para ir retrasando su aprobación. O sea que podríamos decir que Francina Armengol del PSOE tiene el Orden del día, pero Pedro Rollán del PP tiene el pase a la final.
Pedro Sánchez es imprevisible, es el Ave Fénix que renace una y otra vez de sus cenizas. Parece estar muy seguro cuando mueve pieza en el tablero, hasta le da ventaja al adversario porque dice que la mayoría la tiene él y que, por eso, dejará que Feijóo fracase en su intento. El advenimiento de Armengol en el Congreso y el callado trabajo negociador del “medio manacorí” Jaume Asens de Sumar con el Presidente de la República catalana suspendida Carles Puigdemont, le hacen albergar esperanzas de un posible entente, pero la complejidad del propio acuerdo entre todos los participantes no es tan solo un “tutti frutti”, sino también un verdadero rompecabezas, rozando lo imposible, pero nadie quiere perderse esta oportunidad, impensable hace apenas unos pocos meses. Veremos…
RUBIALES
El bochorno mayor en el caso Rubiales es que, el ministro del ramo, que es el de Cultura y Deportes del Gobierno de España, en la actualidad Miguel Iceta, no tenga competencias para cesar de forma fulminante a un presidente de una Federación que sin embargo puede llamarse a toda deshonra Real y Española y que de forma irresponsable se ha saltado todas las normas éticas y formales que se requieren en un acto protocolario de entrega de premios a unas campeonas del mundo ante el mismo mundo y, por añadidura, con el agravante de contar con la presencia de la reina Letizia y la infanta Sofía durante la ceremonia.
A mi parecer, el asunto no hubiera tenido más recorrido si en una pronta comparecencia, después del calentón eufórico por haber ganado la Copa del Mundo de Fútbol Femenino, Luis Rubiales, a modo de Juan Carlos I, hubiera pedido perdón, diciendo que lo sentía mucho y que no volvería a pasar. Pero los españoles -unos más que otros-, aparte de otros motes identitarios, tenemos también los de que somos unos chulos, unos abusadores de poder y el de “la maté porque era mía”. Así que por enrocarse en su equívoco, me imagino que todos saldremos perdiendo: Luis Rubiales, que él mismo ha labrado su descrédito en el puesto que ocupa -como otros anteriores-, también la Selección Femenina de Fútbol, y toda la España de pandereta que seguimos siendo.
Una cosa quiero decir y que no he leído en ninguna parte: el beso, el morreo, el “pico” que fue para Luis Rubiales, tiene dos vertientes: la personal y la institucional. La personal se refiere a que Jenni Hermoso, después del “chasco” del apretujón y el “pico”, si se sintió violentada, agredida y ultrajada por Luis Rubiales, aun estando en Australia, debía haber realizado una simple llamada de contacto a un número en España que todas las mujeres deberían saber y denunciar el hecho por la vía ordinaria, al margen de todo sistema federativo establecido y viciado, solo así cabía la posibilidad de que a la llegada del avión Luis Rubiales fuera detenido y puesto delante de un juez. Si no lo ha hecho formalmente todavía, ella misma dificultará todas las acciones que presumiblemente puedan tomarse en contra del agresor, porque si no hay una denuncia de la perjudicada en particular no hay caso. Los organismos superiores tan solo podrán penalizar su conducta considerada impropia como presidente de la Federación, podrán suspenderle cautelarmente, pero poco más. Para inhabilitarle siempre hará falta la denuncia principal y convencer a un Tribunal con pruebas y argumentos, de lo contrario, si Luis Rubiales se sale con la suya, podrá pedir la restitución en su puesto y una compensación por haberle perjudicado en su honor. Veremos…






