Opinió

«Del desprecio al desengaño», por Miquel Mas

Núria y la agrupación local del PSOE deben aceptar la realidad de las cosas. Ya basta de lamentaciones. Hay que pasar página, no rasgarse más las vestiduras y no volver sobre un asunto que a la vista está más que decidido. El PSOE se va a quedar con sus cuatro concejales que son los que ha obtenido con sus votantes y formará parte en la oposición, o será la oposición misma, porque Miquel Oliver -el alcalde que ellos también eligieron- ya tiene resuelta la estrategia para su mandato y, para ello, no va a reparar en falsas promesas y otros gastos para llevarlo a cabo. Así que por el apoyo de AIPC-SyS, según leo, se compromete en facilitarles una consulta vinculante para la segregación de Porto Cristo; y, con el PP y VOX, un posible acuerdo para que le apuntalen su gestión por “responsabilidad institucional” y que, traducido al cristiano, serían 20.000 euros anuales para uno cualquiera de cada agrupación tan solo por votar cómo y cuándo corresponda.
Ahora mismo, cuando escribo esto, me aseguran que el PP no tiene decidido aún el aceptar la oferta, porque a lo mejor sería demasiado llamativo hacerlo de seguida, o, también, porque les resulta insuficiente la propuesta, ya que ahora mismo el PP y también VOX -juntos o por separado- tienen la sartén por el mango. Por lo tanto descarto al PSOE, porque Núria como portavoz de su grupo ya ha adelantado que no la van a aceptar, ni deben hacerlo, por dignidad y porque Miquel volvería a despreciarlos -dice que- por falta de confianza.
Para los menos avezados en política municipal, que es un puto lío, les remito a una introducción magistral que hace Jaume Rigo en un anterior número de “Manacor Comarcal”, en la que desgrana diferentes situaciones en que puede encontrarse un gobierno en minoría frente a una oposición aparentemente consolidada, por haberle ganado por 12 a 9 en dos mociones presentadas, precisamente por coincidir los oponentes y ser mayoritarios.
Pero las apariencias pueden engañar, porque, a mi parecer, el PSOE en Manacor debería plantearse la obligación cívica y política de convertirse en un “verso libre”, sin ataduras, y ejercer la oposición, pero con una actitud tranquila, consecuente y “constructiva”, teniendo muy en cuenta que no hay nada más consecuente y “constructivo” que el defender a los ciudadanos de la apisonadora de un gobierno autárquico, el que sea.
Miquel Oliver sabe perfectamente, y también MÉS-ESQUERRA, que su falta de confianza -nunca explicada- en el PSOE, le pone en manos de quienes teóricamente deberían ser sus adversarios políticos, como son el Partido Popular y VOX, pero necesitados de sus votos en cualquier momento precisan maquillarlos ante la población, y lo hacen mediante una imaginativa propuesta de indemnización económica que compense justamente una dedicación que dicen está infravalorada, para ver si pican y les convencen. Esto puede estar perfectamente pactado, pero si no lo estuviera, de esta manera, siempre serían el PP y VOX los que mostrarían interés en aceptar esta mayor retribución por su dedicación y entrega, según palabras del propio alcalde: “porque ya somos un municipio de 50.000 habitantes y hay mucho trabajo”. Pero nada, no es cierto que seamos 50.000 habitantes, porque, por una parte, si lo fuésemos tendríamos un Consistorio con 25 regidores y no podemos saber cuál sería su color político ni la composición de este utópico Consistorio; y porque, también, el alcalde dice que tiene un compromiso con AIPC-SyS para favorecer a Porto Cristo y aledaños su segregación del municipio, por lo que Manacor se ve abocado en un próximo futuro a una rebaja sustancial de territorio y de población quedándose con menos de 40.000 habitantes, por lo tanto también con menos trabajo, aunque quizá con los mismos regidores actuales, según el tramo establecido, y que podrían gozar de mayor tiempo libre y seguro que con el mismo sueldo o más, porque los sueldos -dirán- no pueden segregarse como los pueblos.
Uno ya tiene sus años y ha sido, si no partícipe, testigo de bastantes cosas, aún de peor saña que las que nos acontecen en la actualidad. En Manacor, como en todas partes, también se cuecen habas, por lo tanto es un nido de intereses partidistas y económicos. Por eso, acudiendo a los clásicos, me ha venido a la memoria un planteamiento que hacía la filósofa y escritora mexicana además de religiosa Sor Juana Inés de la Cruz respecto de los hombres necios y de la prostitución y que aplicándolo a un ejercicio tan noble como debería ser el poder trabajar desde las instituciones por el interés general de la ciudadanía, tan prostituido también, dice así: “¿O cuál es más de culpar, aunque cualquiera mal haga: la que peca por la paga, o el que paga por pecar? Pues ¿para qué os espantáis de la culpa que tenéis? Queredlas cual las hacéis o hacedlas cual las buscáis. Dejad de solicitar, y después, con más razón, acusaréis a la afición de la que os fuere a rogar”.
Espabilada que era la monja ya en el siglo XVII, y no tenía móvil ni existía la inteligencia artificial. En fin, espero no haberles aburrido.

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