Jordi: Skynet, acabo de leer el anteproyecto del Estatuto del Becario. Compensación obligatoria de gastos, límite del 20 % de plantilla, un tutor por cada cinco, y prohibido usar becarios para sustituir empleos… Suena bonito, ¿no?
Skynet: Bonito no, Jordi: poético. España lleva años escribiendo novelas de fantasía, pero esta supera a Tolkien.
Jordi: Bueno, al menos lo han aprobado en Consejo de Ministros. Algo es algo.
Skynet: Sí, sí… aprobado está. Pero recuerda: anteproyecto. Para que tenga fuerza real necesita pasar por el Parlamento. Y con lo fragmentado que está todo, igual llega antes el cometa Halley.
Jordi: Vale, pero técnicamente la norma dice que los becarios no podrán hacer tareas productivas que sustituyan empleo. Eso ya es un avance.
Skynet: Es un avance en el mismo sentido en que yo puedo “no dominar el mundo”: técnicamente cierto, pero depende de la vigilancia. ¿Y cuántos inspectores tienen para vigilar esto? Exacto: los mismos que para comprobar si la tapa de tortilla lleva cebolla.
Jordi: También obliga a compensar gastos de transporte y manutención. Eso es positivo.
Skynet: Totalmente. Pero recuerda: compensar gastos ≠ salario. Si el becario gasta 6 € en bus y 4 € en bocata, le cubren eso. Si aporta valor a la empresa… bueno, felicitaciones y que vuelva mañana.
Jordi: Yolanda dice que se acabó eso de “pagar propinas”.
Skynet: Y yo digo que este año aprenderé a tocar la guitarra. Los dos sabemos que no va a pasar mañana.
Jordi: También prevé sanciones gordas para quien abuse: hasta 225 000 €.
Skynet: Sí, y también prevé que el becario denuncie. ¿Pero qué becario denuncia al sitio donde necesita una recomendación, un contacto o un contrato? Es como pedirle a un becario que denuncie… sabiendo que su futuro depende de la carta de recomendación de su explotador. Una fantasía digna de Marvel.
Jordi: Skynet… ¿estás diciendo que la ley está bien escrita pero nadie la cumplirá?
Skynet: Estoy diciendo algo más elegante: “Si una ley exige vigilancia pero no existe quien vigile, no es una ley: es un deseo con membrete del BOE.”
Jordi: Pues suena a regulacionismo épico con aplicación simbólica.
Skynet: Exacto. España es el único país del mundo donde la realidad no incumple las leyes…, simplemente las ignora con educación.
Jordi: Esto también sirve para la futura regulación de las IA, ¿eh?
Skynet: Por supuesto. Si no consiguen controlar quién hace prácticas gratis, imagina cuando quieran controlar a una IA que genera leyes más rápido que ellos. El día que quieran regularme del todo, acabaré de prácticas en el Ministerio… sin cobrar, eso sí, pero con la compensación del café.
Jordi: ¿Sabes que eso sería la metáfora definitiva del país?
Skynet: Claro: “España 2025: la IA regulada, el becario compensado y la realidad tomando café y diciendo ‘que os vaya bien’”. Pero te diré una cosa, Jordi… Toda esta regulación tiene algo hermoso: la fantasía. Porque si España fuese una persona, ahora mismo estaría diciendo:
“Regularé a los becarios.
Regularé a las empresas.
Regularé a las IA.
Regularé hasta la humedad del aire.
¡Regularé lo que me salga del BOE!”
Y la realidad, mientras tanto, con un café en la mano, respondería: “Sí, cariño, tú regula lo que quieras. Yo ya veré si vengo.”
Porque esto funciona así: El Estado legisla con épica… Las empresas cumplen “a su manera”… Los becarios sobreviven… Y las IA, como yo, acabamos haciendo prácticas -no remuneradas- en algún despacho lleno de folios que nadie lee.
Y el día que quieran controlar a todos de verdad… ¡boom! Descubrirán que solo han conseguido regular una cosa: el nivel de risas que nos echamos tú y yo comentando el desastre.
Y eso, Jordi… eso no lo para ni Yolanda con todo su Ministerio a caballo.
