
Las obras del paseo marítimo de Porto Cristo marcan gran parte del debate del Pleno manacorí
El Pleno del Ajuntament de Manacor de este mes de julio comenzó muy tranquilo, demasiado incluso si cabe. Durante los primeros 40 minutos de la sesión, celebrada el pasado lunes, el equipo de Gobierno y la oposición votaron una serie de propuestas (urbanísticas, económicas o presupuestarias) con mayor o menor consenso, donde destacó especialmente la actitud de la oposición en varias de esas propuestas, al poner en valor en más de una ocasión su abstención pero en sentido positivo, dando así a entender que existía un cierto acuerdo entre cada una de las partes que representan al ayuntamiento manacorí. Sucedió con el PI, con el PP y con AIPC/SyS. De este modo, era más que evidente que la sesión había comenzado con muy buen pie.
Sin embargo, algo empezó a cambiar al llegar a esos primeros 40 minutos de Pleno. Al votarse todas aquellas pequeñas propuestas del inicio, la sesión pasó a las mociones del día, que eran varias, y en la primera, ya hubo el primer encontronazo entre el equipo de Gobierno y la oposición. Este primer rifirrafe lo protagonizaron el alcalde Miquel Oliver y la representante del PP manacorí Maria Isabel Bauzà, a cuenta de una ley de Bienestar impulsada por el GOB, en la cual el PP votó en contra, distanciándose así del resto de los partidos. La Popular Maria Antònia Sansó razonó el voto de su partido basándose en diferencias técnicas y de procedimiento con el manifiesto del GOB, un hecho que desconcertó bastante al alcalde.
“¿Cómo puede estar en contra de una ley que garantiza el futuro de nuestros hijos e hijas, y que busca un entorno sostenible para las futuras generaciones?”, preguntó Oliver, con una mezcla de enfado y asombro. “¿Quién puede votar en contra de esto?”, insistió Oliver. A pesar de los argumentos del alcalde, el PP no dio su brazo a torcer, amparándose principalmente en el intervencionismo y a las restricciones del manifiesto, y finalmente la votación salió adelante sin el voto de los Populares. En ese momento, fue llamativa la frase del alcalde al final de tal votación, cuando preguntó, no sin cierta sorna: “¿En contra de las generaciones futuras?”. De hecho, el comentario del alcalde despertó incluso algunas risas en el pleno.
Tras este tenso debate, el clima del Pleno fue a más. La segunda moción, en este caso impulsada por el PP, buscaba una compensación económica para los vecinos y empresas de Porto Cristo, a causa de las obras. A partir de ahí, el alcalde Oliver y la líder del PP, Maria Antònia Sansó, debatieron ampliamente sobre la problemática, de igual modo que la líder de AIPC/SyS, Antònia Llodrà, y la líder del PI, Catalina Riera, también intervinieron, aunque en menor medida.


Finalmente, Miquel Oliver instó a Sansó a que tuviera paciencia hasta que acabaran las obras, ya que solo una vez que estas estén acabadas, se podrán cuantificar las ayudas que los porteños podrían recibir en un futuro. Al mismo tiempo, el alcalde aseguró que tomar este tipo de medidas antes del fin de las obras sería, cuanto menos que precipitado. “Esto que usted nos pide (en referencia a Sansó) es lo mismo que nos pidió hace dos años con el confinamiento, que los afectados no paguen impuestos como compensación. Esto no es más que populismo, y saben perfectamente que son medidas ilegales”. Sansó zanjó el debate aclarando en todo momento que ellos no buscan hacer sangre, y apremió al Gobierno a que buscase soluciones técnicas antes de que acabasen las obras. “Se trata de un simple gesto, no de una gran inversión”, aseguró la líder del PP manacorí. Finalmente, dicha moción solo contó con los votos a favor del PP, y con las abstenciones del resto de grupos parlamentarios.
Después de varios minutos de fuertes cruces de declaraciones entre el Gobierno y la oposición, el debate volvió a los cauces de los primeros minutos, en los que se votaron diferentes resoluciones e informes de índole económica con bastante prestanza y eficacia. Asimismo, el turno de ruegos y preguntas que siguió luego prosiguió un rumbo bastante pacífico y conciliador durante los primeros minutos, en los que se trató, entre otras cosas, la falta de personal sanitario en el municipio o las obras de Na Capellera. Sin embargo, el ambiente cambió de nuevo al salir de nuevo a la palestra las obras de Porto Cristo.






Todo comenzó con la pregunta de Maria Isabel Bauzà a cuenta del bloqueo de la Calle Bordils, un bloqueo que existe para los vehículos y no para los viandantes. Sobre dicho bloqueo parcial, la delegada de Urbanismo Núria Hinojosa aclaró que esa forma de bloqueo se ha hecho con el fin de favorecer el comercio local, un argumento insuficiente para Bauzà, que consideró que dicho bloqueo es excesivo para las fechas veraniegas en las que estamos. De hecho, la discusión fue a más, tanto que la propia Bauzà llegó a tildar de “espantada” a la gestión de Hinojosa.
Ante estas palabras, la líder del PSOE manacorí volvió a poner en valor las obras de Porto Cristo, al mismo tiempo que recalcó que dichas obras han pasado por el visto bueno de varios expertos en seguridad vecinal, después de que Bauzà insinuara de que estas obras podían ser un peligro para una parte de los viandantes de Porto Cristo. “No haga teatro”, llegó a incluso decir Hinojosa, después de su contrarréplica a Bauzà, lo que era sinónimo del ambiente tenso que existía en el Pleno.
Aunque parecía que después de este debate el ambiente había vuelto a la normalidad, tras varias conversaciones entre Gobierno y oposición sobre distintos temas que atañían a Porto Cristo y s’Illot, el Pleno de este mes de julio todavía nos tenía reservado un enfrentamiento más de cara en los últimos minutos. Dicho enfrentamiento lo protagonizaron la delegada de Servicios Sociales, Carme Gomila, y la representante del PP, Maria Isabel Bauzà, después de que esta última instase al equipo de Gobierno a realizar un mural en el que se representasen todos los modelos de familia, y no solo los minoritarios. Esto no sentó nada bien a Gomila, que tachó de “homófobos” los comentarios de Bauzà, algo que no sentó nada bien a la política Popular, que apremió a la delegada de Servicios Sociales a que no pusiera en su boca palabras que ella no había dicho.
En definitiva, debate movido y largo (casi tres horas) antes de las vacaciones de verano. Ahora queda esperar a septiembre, y ver como la política municipal manacorina afronta estos últimos meses antes de las elecciones de mayo del 2023.