La Rueta
Ya por la mañana, una larga comparsa de alumnos de distintos cursos del Simó Ballester, habían recorrido las calles de Manacor ofreciéndonos un anticipo de lo que sería la celebración de Sa Rueta, por las calles del centro peatonal de la ciudad.
Pero la hora de la verdad llegaría por la tarde, en que a partir de las 17 hasta alrededor de las 20 horas, las calles del centro peatonal de Manacor estuvieron literalmente “tomadas” por los más jóvenes, cuyos disfraces, unos improvisados y otros de experta confección, llenaron de colorido y de fiesta unas calles que de lo contrario y sin duda alguna al igual aquella hubieran aparecido, semi desérticas, dado que el intenso frío más bien invitaba al resguardo y a prolongar el paseo.
Las actuaciones de diferentes conjuntos y grupos de animación programadas en la Plaza Rector Rubí, en la Plaza Weyler, en la Plaza de sa Rectoria, en sa Bassa, en el inicio de la calle Es Mercadal y en la Calle Bosch, consiguieron que la fiesta no decayera y que la visita se hiciera también obligada para los padres de “ses fresses”, algunos de los cuales, con tantas o más ganas de marcha que sus propios vástagos, aprovechaban así para ensayar con sus propios y nuevos disfraces.
Posiblemente para muchos, el encanto de sa Rueta consiste precisamente en este desfile compartido, que luego también se repetirá parcialmente en “Sa Rua”, dado que al menos en lo que respecta a las primeras horas de esta última celebración, los niños también estuvieron presentes, repitiendo o estrenando nuevos disfraces.
“Sa Rua” acusó el cambio de fecha por lo que al desfile con disfraces respecta, pero la Plaza Ramon Llull lució espectacular, con un público con ganas de fiesta y la música de diferentes décadas
Tal como era de preveer, el desfile de disfraces fue algo más cortó que en las últimas ocasiones. El cambio de sábado a domingo, sin duda alguna obligó a muchos a declinar su participación en el mismo. Posiblemente este fuera el motivo de que en contra de la que viene siendo habitual, en esta ocasión nos encontramos con muchos más espectadores que participantes en un desfile que, desde unos años a esta parte, vemos medio a oscuras por falta de iluminación pública.
Algunos de los disfraces eran de buena calidad en su confección y como viene siendo habitual la Batucada Manafoc inició la marcha desde el lugar de la la concentración en la Plaza Rector Rubí, hasta la Plaza Ramon Llull, pero en esta ocasión con muchos menos efectos especiales que en otras anteriores ediciones.
Por lo que pudimos observar, las paradas de puestos de comida para promociones de viajes de estudios, trabajaron a fondo y los juegos de luces instalados en la plaza, por unas horas la convirtieron en una discoteca al aire libre que animó a los allí reunidos.
MUCHAS MÁS IMÁGENES EN LA EDICIÓN IMPRESA DE «MANACOR COMARCAL».
