Opinió

«Lentejas», por Miquel Mas

Como dice el refrán: “Lentejas, si quieres las comes y si no, las dejas”. Lentejas son aquellas cosas que no podemos dejar de elegir sino bajo determinadas condiciones o rechazarlas. Algo parecido a lo que está ocurriendo en el panorama político nacional por motivo del acuerdo multicolor al que ha llegado el PSOE con otros partidos y que le proporcionan a Pedro Sánchez una mayoría absoluta en el Parlamento para ser investido Presidente.
Y, donde dije digo digo Diego, por lo que toda declaración, notificación o aseveración hechas anteriormente ya no sirven para nada, porque un proceso de negociación puede cambiarlo todo. En un período de tentativa, las partes interesadas sondean dónde trazar sus propios límites para poder llegar a una conformidad asequible para todos. De todas maneras, lo que más importa a tener en cuenta en estos casos es que, igualmente, tendrán que estar dispuestos, mal que les pese, a tragar sapos.
En este negocio de conseguir bondades, tenemos a un “Flautista De Hamelin” que sabe cómo hacer para conseguir que vayan tras él un conglomerado de votos de diferentes ideologías para poder conformar una mayoría absoluta, seguramente muy difícil de gobernar, pero ahora no hablamos de eso. Es un ser políticamente fascinante, no creo que sea peligroso, porque se ha ganado a pulso la fama de mentiroso. En lo que haya pactado siempre sabrá encontrar el condicional legal perfecto que le impida cumplir, muy a pesar suyo, con lo convenido. Era difícil, muy difícil, llegar a unos acuerdos que se suponen tan exigentes y variopintos como los que dicen ha llegado. Quien ha facilitado la vía libre y ganador virtual es el PNV, y creo que pocos se han dado cuenta de ello, o casi mejor meterse con los catalanes que con los vascos, por si se pierde alguna hostia. Así que, Pedro Sánchez podrá ser elegido Presidente, pero esperaremos cómo después conforma un Gobierno y discurre la legislatura.
Estas últimas Elecciones dieron unos resultados envenenados para los partidos mayoritarios ya que tanto el PP como el PSOE quedaron a expensas del “capricho” de los extremos, que dificultarían las cosas. Si fuésemos un país normal y civilizado esto se podría solucionar con un pacto de estado o, también, con una segunda vuelta de elecciones. Pero nada, ni unos ni otros estarían por la labor, manteniendo siempre a la población al borde del infarto con sus desavenencias. Don Antonio Machado ya ponía sobre aviso a todo españolito que ha de venir al mundo sobre las dos Españas. Hoy, después de tantos años de ofensas y malquerencias, ahora, sin embargo, más formados e informados, si esto ya no tiene arreglo y no podemos respetarnos siquiera, deberíamos hacer como hacen los matrimonios incapaces de convivir juntos: de mutuo consentimiento cortemos de una vez la península ibérica llamada España y la mitad para cada uno y aquí paz y después gloria.
La interpretación interesada y errónea de unos hechos que tuvieron lugar en Catalunya, calificados como golpe de estado, cuando la Fiscalía admite a la postre que algunos actos vandálicos que se produjeron tan solo podrían ser considerados como desórdenes públicos, dieron lugar al desastre, con centenares de encausados, dirigentes y simpatizantes, unos a prisión y otros poniendo tierra de por medio. Pero Catalunya ya había perdido otra vez, porque así como las ratas son las primeras en abandonar el barco, más de nueve mil importantes empresas que engordaron en estas tierras abandonaron sus sedes buscando refugio en otras Comunidades como Madrid, que las acogían con los brazos abiertos y exentas de tributos. Tal felonía se ha vuelto ahora un boomerang contra el Estado Central, que habiendo judicializado un asunto político, ahora, para resolverlo para bien, seguramente tan solo le quedaba, desde la Constitución, el camino de aprobar una Ley de Amnistía que pudiera incluir a todos los afectados judicialmente por el llamado “procés” y “tsunami democràtic”; también al pago de una quita por el daño económico originado rebajando su deuda con el Estado, causante del estropicio, y devolver a la política lo que es de la política y que, más o menos, así lo recuerda un apartado de un comunicado que se ha hecho público. Pero ahora los jueces se sienten acusados de “lawfare” y se han cabreado, como si no supiéramos que el CGPJ lleva más de cuatro años en funciones por el bloqueo de interés político del Partido Popular; que nunca se han inmiscuido en ninguna de las Amnistías Fiscales que han habido para blanquear dinero negro al por mayor sin importarles su procedencia y que nunca intervinieron en favor de la ciudadanía cuando aquello del mafioso rescate a la banca.
Dicho esto, también una crítica a todos estos insignes líderes nacionalistas catalanes que cuidan mucho de almacenar sus “ahorros” en paraísos fiscales aunque sean parte de la herencia del “avi Florenci” como el caso de Jordi Pujol y no lo sean por motivo de sus negocios opacos desde la Generalitat con el emérito; o como Millet y el saqueo al Palau de la Música; o como la última “nissaga” de presidentes culés, que han sumido al Club en el descrédito internacional y en la quiebra económica. Si este es el modelo de comportamiento ejemplar a seguir para aspirar a la independencia para Catalunya que venga Dios y lo vea.

Mostrar más

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba