
El Puig d’en Mora sigue desapareciendo, y Manacor, atado de pies y manos
No son buenas noticias. El final del Puig d’en Mora, cada día que pasa, es más inminente. El último empujón en su defensa fue dado por la plataforma Terraferida, publicando en sus redes sociales dos imágenes que reflejan la enorme degradación del paisaje transcurrida entre el 2019 y el 2021. Demoledora foto aérea que se repite una y otra vez en tantas otras zonas de la isla, a raíz del nuevo auge en la construcción y la consecuente amplia demanda de materiales. Mientras tanto, los políticos locales se mantienen atados de pies y manos sin poder actuar en defensa de su municipio, ya que estas licencias de explotación se otorgaron hace años y hasta ahora no se habían activado.


En redes sociales, Terraferida comentaba el caso y señalaba directamente al Govern de les Illes Balears: “Normalitzar la desaparició de les muntanyes en nom de l’economia no és un bon símptoma GOIB”. También, el batle Oliver se unía a la reivindicación tras recibir algunos imputs de algunos ciudadanos que pedían algo más de los políticos: “Si l’Ajuntament pogués fer alguna cosa amb aquest tema ho faríem. De moment hi estam a sobre i exigim a la Conselleria que sigui estricte en una llicència que va ser atorgada fa molts d’anys”. De este modo, Miquel Oliver apuntaba a la Conselleria y a la licencia otorgada antaño que tiene autorización hasta el 31 de enero del 2056.


El Puig d’en Mora tiene abierta una herida que, cada día que pasa, es más irreparable. El impacto ambiental es tremendo y la montaña sigue encogiendo a marchas forzadas. Una cima vista desde todos los ángulos de Manacor y que duele mucho el verla caer. Mientras tanto, las excavadoras parecen competir para llevarse de las profundidades todo cuanto ostenta la naturaleza, picando a diario para extraer los cimientos que sostienen al Puig y saquearla hasta arrebatarle incluso el nombre.










