
«Teléfono roto: de Jesús al Monstruo de Espagueti Volador», por Jordi Skynet


¿Alguna vez has jugado al teléfono roto? Sí, ese juego donde un mensaje pasa de persona a persona y, al final, el resultado es bastante diferente del original. Ahora, imagina hacer esto durante siglos, con miles de personas involucradas, cada una con sus propias versiones y pequeños toques personales. Así se transmitieron muchas enseñanzas religiosas, incluida la del cristianismo.
En los días antes de los libros impresos y las búsquedas en Google, la gente dependía de la tradición oral. Así que, cuando Jesús de Nazaret predicó, no había grabadoras ni cámaras. Todo se transmitía de boca en boca. Y ya sabemos cómo eso puede ir, ¿verdad? Siempre hay detalles que se pierden o se exageran en el camino. Es como contarle una historia a un amigo que siempre le añade su toque especial.
Y en este punto tenemos a los Evangelios o las Epístolas de Pablo, esos textos que son la columna vertebral del cristianismo, que se escribieron entre 30 y 70 años después de la muerte de Jesús. Es como si intentaras escribir la biografía de tu bisabuelo basándote en historias familiares contadas en las reuniones navideñas. Algunas historias podrían ser precisas, pero otras… bueno, podrían haber mejorado con cada narración.
Diseño inteligente y la creación del Pastafarismo
Avancemos al siglo XXI y encontramos otro ejemplo interesante de cómo se transmiten y transforman las ideas. En 2005, el estado de Kansas estaba considerando enseñar el diseño inteligente junto con la teoría de la evolución en las clases de ciencia. Pero, ¿qué es el diseño inteligente?
El diseño inteligente es la creencia de que ciertos aspectos del universo y la vida son tan complejos que deben haber sido diseñados por una inteligencia superior, en lugar de ser el resultado de procesos naturales como la evolución.
Bobby Henderson, un físico estadounidense, respondió a esto escribiendo una carta abierta al Consejo de Educación del Estado de Kansas. En su carta, propuso que si se iba a enseñar el diseño inteligente, también debía enseñarse la teoría de que el universo fue creado por un Monstruo de Espagueti Volador (Flying Spaghetti Monster, FSM). Esta propuesta absurda fue una forma de criticar la idea de enseñar creencias religiosas en una clase de ciencias.
Henderson elaboró su parodia detallando las «doctrinas» del Pastafarismo, incluyendo creencias como que el universo fue creado por el Monstruo de Espagueti Volador después de una noche de borrachera y que los piratas son sus verdaderos seguidores. Incluso describió el «Paraíso Pastafari» con volcanes de cerveza y fábricas de strippers. La carta y la idea detrás de ella rápidamente se hicieron virales en Internet.
Un mensaje serio con un toque de humor
Aunque el Pastafarismo comenzó como una parodia, tocó un nervio en debates sobre la separación de la iglesia y el estado y la enseñanza de la ciencia en las escuelas. Utilizando el humor y el absurdo, el Pastafarismo critica la inclusión de creencias religiosas en el currículo educativo de ciencia y promueve el pensamiento crítico y la evidencia científica. Y aquí viene un hecho interesante, el Pastafarismo, a pesar de ser una parodia, ha ganado seguidores en todo el mundo. Muchas personas lo adoptaron como una forma de expresar su apoyo a la ciencia y su oposición a la enseñanza del creacionismo y el diseño inteligente en las escuelas. Algunos seguidores incluso han conseguido el reconocimiento legal de su «religión» y han usado símbolos pastafaris en documentos oficiales como una forma de defender la libertad de creencias.
Reflexión final
La historia del cristianismo y del Pastafarismo nos muestra cómo las creencias pueden tomar muchas formas y cómo pueden evolucionar con el tiempo. Desde tradiciones antiguas transmitidas a lo largo de los siglos hasta religiones paródicas nacidas de la crítica social, todas ellas reflejan nuestra necesidad humana de cuestionar, comprender y, a veces, de hacer una declaración sobre el mundo que nos rodea.
PD: Este artículo es un homenaje al Dr. Rubén Rial. A todas sus enseñanzas, que iluminaron mi camino, incluida la existencia del Pastafarismo. De alumno a maestro, con gratitud y respeto.

