Por el momento, y casi un año después del cierre por quiebra de la empresa concesionaria Esquitxos de Blavor S.L., las instalaciones de la piscina municipal de Manacor siguen sin solución a corto plazo. Desarticular y reformular el espacio; una nueva licitación para la explotación de las instalaciones deportivas; la gestión municipal; el alquiler del espacio público; entre otras tantas opciones.
El Ajuntament de Manacor no lo tiene nada claro y la situación judicial del caso parece augurarse lejana a una solución. Tras la primera vista, los técnicos de la casa no dieron el visto bueno a las cuantías económicas, ya que suponían un gasto excesivo a las arcas del consistorio. Muchas opciones se están poniendo sobre la mesa y ninguna de ellas termina de convencer al equipo de gobierno ni a los técnicos locales.
Entorno a este tema, el batle de Manacor Miquel Oliver se pronunciaba al respecto y destacaba que “no tengo interés por ninguna de las opciones en concreto, ni se cuál es la mejor solución, todas tienen cosas buenas y malas”. Aun así, prácticamente desde el Ajuntament se descarta la opción de sacar a licitación la explotación de las instalaciones municipales, como bien había permanecido la empresa ‘Esquitxos’ en los últimos 24 años, o que la propia piscina sea de gestión y explotación municipal. El resto de opciones parecen viables, aunque teniendo en cuenta la situación judicial del caso y la larga duración que le resta, puede que ya sea decisión de la siguiente legislatura.
Mientras tanto, las instalaciones se siguen degradando y, desde hace pocos días, el Ajuntament ha conseguido que el juez les haga entrega de las llaves de las instalaciones municipales para vigilar el mantenimiento del complejo deportivo municipal. Según anuncian desde el propio equipo de gobierno, los técnicos de la casa se mantendrán pendientes del estado físico del recinto con el objetivo de conservarlo y realizar actuaciones si la situación lo demanda.
