Entrevistas

Toni Mascaró, uno de los últimos románticos de la pesca en Porto Cristo

Fotos: Marcos Gitti
Después del éxodo de la flota pesquera de Porto Cristo a Cala Bona, tan solo quedan dos embarcaciones de artes menores dedicadas a la pesca profesional con base en el Port: la “Roca I” patroneada por Antoni Mascaró “Toni Piscines” y la “Flor de Mar” a cargo de Miquel Àngel Bauçà.
Toni es de los dos el que más tiempo lleva en el oficio, pues empezó de marinero en la que hoy es la barca propiedad de la familia Mascaró, con el antiguo patrón de la misma Miquel Vives “Collet” hace 15 años, cuando tenía 29, y se quedó “prendado de la mar y fascinado de la gran aventura que se vive cada vez que sales a pescar”, manifiesta visiblemente emocionado. Para Toni, “el mar es imprevisible e imponente, por lo que tienes que tenerle mucho respeto y actuar siempre con gran responsabilidad, pues nunca sabes lo que te depara. Hoy sabes mucho de la mar y mañana no sabes nada”.
A la pregunta de qué siente un marinero solo en medio de la inmensidad del mar durante tantas horas de faenar, no duda en contestar que “es algo difícil de explicar; las sensaciones que se sienten allá en medio son diferentes cada día. Cada jornada de pesca te hace sentir vibraciones distintas, que a veces ni percibes concentrado en la faena”.
Una vez su patrón y maestro Miquel “Collet” decidió retirarse y la familia Mascaró se hizo con la propiedad de la “Roca I”, Toni cursó los estudios de patrón y desde entonces ejerce una profesión a la que no augura muchos años de vida, pues, “además de tratarse de un trabajo muy duro, difícilmente te compensa económicamente para vivir de él. Por otra parte, año tras año se nota la disminución de captura, tienes que pagar tus impuestos, seguridad social como autónomo, mantenimiento de la embarcación, carburante, artes de pesca… Unos gastos que cada año van aumentando, mientras los precios del pescado se mantienen estabilizados”, sentencia el pescador.
A todo ello, el pescador profesional tiene que añadir los muchos días de inactividad causadas por el mal tiempo, “uno de los peores contrarios que hace que el verano sea corto y el invierno demasiado largo”.

Pesca turística

Para compensar, en parte los perjuicios económicos que le causan los contratiempos y dificultades antes comentadas, Toni, al igual que algunos otros pescadores, se busca la vida desarrollando otras actividades relacionadas con su profesión. Una de ellas es la pesca turística o “charters”, como le llama. “Consiste en poner tu barca a disposición de personas interesadas en disfrutar de una jornada marinera, y a la vez conocer como es la vida del pescador. Esta actividad la practicamos generalmente durante todo el año y la gente que la practica queda muy satisfecha, pues experimenta sensaciones y conocimientos que les resultan muy interesantes, además de disfrutar de unas horas de ocio en un medio natural poco conocido para muchos. Yo invitaría a las instituciones que promocionaran esta actividad entre la gente de aquí de la isla y a los que nos visitan”.

La Tonyina vermella

Actualmente, Toni se dedica a la pesca del atún rojo (tonyina vermella) , una especie muy apreciada, especialmente la que se captura en las aguas del archipiélago balear. Una pesca que estuvo prohibida a las embarcaciones de artes menores durante diez años por agotamiento de ejemplares y cuya autorización volvió a concederse hace tres años, en 2017.
Según un comunicado que hizo público recientemente la Conselleria d’Agricultura, Pesca i Alimentació, que preside Mae de la Concha, se puso en valor la pesca del atún rojo en Balears, a lo largo de una reunión y cata de la referida especie, organizada por la propia Conselleria y la Federación Balear de Cofradías de Pescadores, que preside Domingo Bonnín y que tuvo lugar en un hotel del Port d’Alcúdia. De la Concha se refirió a la pesca del atún rojo como “imprescindible para la flota de artes menores de Balears” y también como una actividad “de futuro, porque diversifica la pesca”.
El pasado 28 de septiembre, Toni Mascaró, a bordo de su embarcación “Roca I”, capturó un ejemplar de atún rojo de 150 kilos de peso y unos dos metros de longitud, el pez más grande jamás capturado en sus años de profesión, si bien “mi mayor ilusión sería pescar una pieza de unos 250 o 300 kilos, que suelen ser las más grandes que se capturan en nuestras aguas”, confiesa ilusionado el pescador. La referida captura fue expedida hacia Barcelona, pues, según Toni, “comercializarlo aquí en Mallorca no resulta rentable, ya que mientras allí en Barcelona se paga entre 15 y 18 euros el kilo, aquí no alcanza ni la mitad de este precio. En Mallorca nos falta cultura del atún, pues en los restaurantes sirven como rojo el atún blanco que les sale mucho más económico”.
El atún rojo, después de la langosta, la llampuga y la sepia, es considerada una de las especies más rentables del litoral mallorquín. No obstante, este año, “especialmente el mes de septiembre ha sido caótico para los pescadores de la zona -afirma Toni- pues, además de los muchos días de mal tiempo, no hay llampuga, ni verderols, ni raons y la tonyina escasea; es increíble”.

Nostalgia de tiempos pasados y olvido institucional

Al recordarle a Toni la no tan lejana extinción de la actividad pesquera en Porto Cristo, a raíz del éxodo de la flota a Cala Bona y el consiguiente cierre de la lonja o puesto de venta del pescado, recién descargado por los pescadores a pie de muelle, que se produjo en marzo de 2016, este hombre de mar enamorado de su profesión, no puede ocultar el rictus de decepción y nostalgia que refleja su rostro: “Cuando pienso en aquel ambiente verdaderamente marinero que se producía con la llegada al muelle de aquella decena de barcas y su tripulación y la gente que se acumulaba a esperarlas delante de la lonja observando como descargaban sus capturas, no puedo impedir que me embargue un sentimiento de nostalgia y de pena”.
Asimismo, Toni se lamenta del nulo interés que muestran las instituciones locales, “empezando por el Ayuntamiento de Manacor en promocionar Porto Cristo como puerto pesquero que siempre fue y que sigue siendo, aunque actualmente solo seamos dos los pescadores profesionales en activo. Promocionarlo, colaborando en la organización de la feria náutica que antes tenía tan excelente aceptación, una fiesta marinera y gastronómica, un concurso de pesca recreativa,… En definitiva, darle vida al Port, no solamente como zona turística, sino celebrando sus viejas costumbres, tradiciones y actividades que siempre le han caracterizado”, sentencia Toni Mascaró.

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