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OPINIÓ MIQUEL MAS: Un tren entre palmeras

Un tren entre palmeras sería muy bonito, muy peliculero, pero lo veo muy difícil. No quiero ser agorero, es tan solo una cuestión de anchura o de amplitud: un tren estándar no pasa por entre las dos líneas de palmeras del paseo que cubre el antiguo trayecto del ferrocarril a su paso por la ciudad, a no ser que arranquen las de una parte y ladeen un poco las vías. Con doble trazado ni pensarlo. No sé, tendría que saber al final por cual sistema se deciden: TREN, TREN-TRAM O TRANVIA y ver el proyecto como queda, ahora todo son suposiciones.
Puedo comprender y comprendo perfectamente las ansias de Sant Llorenç y Artà por recuperar el tren, pero hay que entender también que en Manacor se hicieron las cosas muy mal consintiendo que la población sobrepasara las vías sin haberlas reclamado y haberlas eliminado a su paso por la ciudad, o que me lo expliquen mejor, porque actualmente tan solo somos “OKUPAS” del parterre central del Paseo “del Colesterol” y que desde el Govern y otros colectivos pueden reivindicar por ser el antiguo trayecto, en la actualidad tan solo cubierto y ajardinado, tanto en el tramo poblacional como en la vía verde, y que, para Manacor, con TRAM o sin TRAM, supone un problema, basta con visitar la zona y hacerse una idea del lío en que podemos meternos y pensar en cómo tuvieron que resolverlo a su llegada a la Estación. Ahora nos dicen que, si en las próximas elecciones votamos correctamente, tienen previstos creo que treinta millones para las obras de la primera fase de conexión y recorrido por la ciudad, la segunda fase y otras futuras no sabemos para cuándo serán o si llegarán a realizarse, por eso, antes de comenzar a destruir el Paseo, tan solo pediría a quienes corresponda que se aseguren de que esto no es una nueva tomadura de pelo tan solo por intereses electorales. Ni Felanitx ni Santanyí exigen el retorno de sus correspondientes líneas hoy eliminadas pero que tuvieron en su día y también deben tener sus problemas de saturación en la movilidad, sus motivos tendrán. Además, si lo que se persigue es reducir el colapso circulatorio que sufrimos, hay que afinar la puntería y disparar hacia el principal objetivo que sería el calcular la capacidad de vehículos que puede soportar la isla y limitar su exceso, si no tenemos la voluntad y competencias para hacerlo veo muy difícil acabar con este desmadre, pero hay que trabajar en ello, ya que la superficie y las prestaciones de la isla también son limitadas y deberían ser tenidas en cuenta.
Por otra parte me pregunto si realmente es necesario prescindir de algún que otro edificio o establecimiento más o menos histórico, ahora puede que en situación irregular, pero que fueron un referente de la Mallorca que fuimos, me refiero al Hotel Formentor, algún que otro “chiringuito”, o como la discoteca Dhraa en los años 80 y que no puede reabrir sus puertas como sala de fiestas ya que el Interés Social del emblemático establecimiento solo admite Usos Culturales, según dice la regidora de Urbanismo Núria Hinojosa. Es una pena el pasar por delante y ver como “decrece” este símbolo que fue en la comarca de una época inolvidable para los que tenemos ya una cierta edad. Lo que no acabo de entender es como si alguien está verdaderamente interesado en reflotarla encuentra trabas administrativas y nadie sepa informarle de como presentar una solicitud de apertura cumpliendo la normativa, nada más simple: una Academia de Bailes Populares. Y para reforzar la petición, especificar claramente que la pista de baile sería a modo de una pista de tenis donde poder desarrollar el estudio de la danza y los bailes en general y, por supuesto, también solicitar un permiso a la carta para futuras ampliaciones, la reapertura del restaurante y de no sé cuántas habitaciones para poder alquilar ¿No debería hacerse así, señora Hinojosa?
Y, ¿estiman también que es necesario prescindir del comercio tradicional? Porque esto ya se nos va de las manos, cada día son más quienes tiran la toalla y cierran sus establecimientos “emblemáticos” en diferentes localidades y nadie lo entiende. Lo achacan mayormente al aumento del coste de la energía y a los alquileres y no es cierto. Para un establecimiento que vende lo suficiente, el coste del alquiler puede ser el equivalente al de un buen empleado y no pasa nada, y el de los costes de la energía y materias primas se repercuten igualmente en el precio del producto final. Lo que pasa es que a menos venta del producto mayor costo resulta el comprarlos o elaborarlos, lo que conduce al encarecimiento excesivo de los precios, menor competitividad, todavía a menos venta y cierre. La sindical Afedeco en esta ocasión ya tira con bala hacia la venta “online” y hace un llamamiento a los partidos políticos para que incluyan en sus programas electorales una tasa que grave las ventas a través del comercio electrónico para equilibrar los graves perjuicios que sufre el comercio tradicional y poder jugar con las mismas reglas y en igualdad de condiciones. Si el comercio nuestro y de siempre quiere subsistir, es solo el comienzo de una cruenta y desigual batalla.

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