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Maria Antònia Sansó: «El alcalde ha engañado a los vecinos de Fartàritx»

Uno de los temas estrella en Manacor en las últimas semanas es la posible construcción de una nueva mezquita en el casco urbano de la ciudad. El tema se trató también en el último pleno municipal, en el que el alcalde Miquel Oliver llamó “racista” y “oportunista” a la líder del Partit Popular, Maria Antònia Sansó, quien se defiende y explica con detalle su postura.

  • Parece ser que no le gustaron nada las palabras del alcalde respecto a su forma de hacer oposición en el tema de la mezquita…
  • Efectivamente, no me agradaron. Oliver, una vez más, miente y desvía la atención hacia un tema que nada tiene que ver con la realidad. Creo que en mi intervención en el pleno dejé muy clara la postura del partido al que represento y Oliver tan solo supo reprocharme oportunismo y racismo. Aparte de insultarme, si esos son sus únicos argumentos para justificar no estar al lado de los vecinos preocupados… son muy pobres. No se sustentan e intentan esquivar la realidad.
  • ¿Cuál es vuestra postura? ¿Queréis o no queréis mezquita?
  • El tema ha trascendido a mucho más que eso. Ha quedado totalmente claro que cualquier proyecto, sea del tipo que sea, si se adapta a normativa puede realizarse. El problema no está en la mezquita, está en la normativa. Ya alertamos en su momento que este no era un buen Plan General para Manacor y ahora tenemos sobre la mesa una primera evidencia: cualquier proyecto adaptado a normativa, aunque suponga un aforo para más de 1.000 personas, puede realizarse. Y la idiosincrasia de cualquier barrio puede verse fuertemente resentida con una construcción de estas características. Si un particular quisiera construir, por ejemplo, un teatro o un cine con capacidad para 1.000 personas supondría exactamente la misma presión humana. El mismo problema, los mismos efectos. Se está focalizando en Fartàritx, pero el problema es extensible al resto de barrios de Manacor. La amenaza es real. No querer verlo es, a mi parecer, falta de sentido común.
  • Entonces el problema es urbanístico, según el Partit Popular.
  • Claro. Repito, tenemos ante nosotros una primera evidencia de que el Plan General tiene fallas. Entonces, ¿por qué no enmendarlas? Propusimos una moratoria para repensar cómo podemos evitar que los barrios de Manacor pierdan su identidad, pero la única respuesta que recibimos del alcalde Oliver es que somos unos racistas. Con la implementación de la ZPR los barrios de las afueras saben bien qué significa tener más tráfico, más coches aparcados en sus calles de lo que era habitual… Entonces, extrapolemos todo eso al barrio que aloje cualquier infraestructura con capacidad para más de 1.000 personas…
  • Pero la comunidad musulmana requiere de más espacio para rezar, al igual que disponen los cristianos…
  • Y lo entiendo perfectamente. Manacor está creciendo, pero tal y como ya expliqué en mi intervención del pleno municipal, si tomamos como ejemplo la capital, Palma, con más de 400.000 habitantes, ocho veces más que Manacor, hay siete mezquitas repartidas en los distintos barrios. Con unas fachadas normales, integradas en la barriada. Los que acuden allí a rezar lo hacen mayoritariamente a pie. Y no hay ningún problema. Incluso hay una mezquita, en la calle Joan Mestre si no recuerdo mal, que tiene un pequeño minarete. ¿No puede ser ese, acaso, el modelo que queremos para Manacor? Cuando se instaló la actual mezquita no hubo ningún problema. El Partit Popular no alzó la voz. Intentar hacer ver que el problema somos nosotros y señalarnos como racistas es desviar la atención para no atender el verdadero problema: el urbanístico.
  • Vivimos en un mundo globalizado, cada vez más las distintas culturas conviven. ¿No tienen derecho los musulmanes de rezar donde consideren conveniente?
  • Soy perfectamente consciente del mundo en el que vivimos, y no encontrará ni una sola declaración mía donde ponga en duda los derechos de cualquier ciudadano a rezar a quien considere. Lo que sí encontrará en mi persona son dudas acerca del Plan General y acerca del comportamiento del alcalde Oliver para con los vecinos preocupados.
  • El alcalde se ha reunido con los vecinos de Fartàritx y les ha transmitido tranquilidad…
  • El alcalde Oliver ha hecho lo que tan bien sabe hacer: el juego del trile. Les ha engañado, les engaña y les seguirá engañando. Si bien se comprometió de manera personal a estar del lado de los vecinos, también les alertó de que si entraba una petición adaptada a normativa urbanística, esta no se podría negar. Entonces, si tiene que estar del lado de los vecinos que piden preservar la identidad de su barrio ¿por qué no repiensa la normativa urbanística? ¿Por qué no acepta nuestra propuesta de pacto de estado aplicando ahora una moratoria y ganando algo de tiempo para hacer las cosas bien?
  • Circulan en redes sociales varios montajes en los que se insinúa que el alcalde compró votos a cambio de autorizar una macro mezquita. ¿Crees que Miquel Oliver se debe a la comunidad musulmana?
  • Yo no puedo hacer tal afirmación porque mis ojos no lo han visto, aunque estos montajes de los que habla también me han llegado. Lo que sí puedo decirle es que el alcalde Oliver no está por la labor de evitar que los barrios de Manacor dejen de tener la amenaza de construcciones con un gran aforo. Tal vez tenga sus motivos y deba explicarlos en lugar de señalar a los demás. Que hable él, pero si lo hace, que diga la verdad.
  • Habla usted de presión humana en caso de construirse algo con un gran aforo en Manacor ¿a qué se refiere exactamente?
  • Ya lo he señalado antes, tras la implantación de la ZPR los vecinos de los barrios de la forana pueden decirle lo que están viviendo. A eso añádale que más de 1.000 personas acudan de forma regular a un determinado lugar, muchos de ellos en coche. Más circulación, menos aparcamientos, más personas… La presión humana y la saturación de servicios en innegable. No se trata tanto de los metros de la construcción en sí, sino de la capacidad de aforo que esta tenga. Además, me llama la atención el cambio de criterio de Oliver a su propia conveniencia. Cuando se hablaba de dar continuidad al tren hacia Sant Llorenç, invocaba algunas grandes ciudades para defender que este pueda partir Manacor por la mitad. Ahora que hablamos de infraestructuras con gran capacidad de aforo ya no le interesa la tendencia de las grandes ciudades. Si fuese por él se podrían construir en Sa Bassa si la normativa lo permitiera. Creo que la hipocresía vive en el lado del señor Oliver.
  • ¿Cree que los barrios de Manacor, tal y como son a día de hoy, están amenazados?
  • Por supuesto. Con una amenaza bien real que puede materializarse cualquier día próximo, amparada en la normativa urbanística que tenemos actualmente y que el alcalde Oliver y quienes le sustentan se niegan a revisar. Manacor ha crecido exponencialmente en los últimos años. A mi me gusta pensar que si ha crecido tanto, y todos sabemos que no es por la alta natalidad, es porque estas personas que eligen Manacor para vivir se encuentran bien aquí. Les gusta este Manacor, con sus barrios como son, no uno saturado con barrios en los que sea imposible vivir con tranquilidad. Si recordamos esos años en los que los vecinos del centro se quejaban cada fin de semana del ruido de los que salían de copas, eso también era presión humana y el aforo jamás alcanzó las 1.000 personas.

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