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“Ir a Eurovisión es una experiencia increíble”
Tiene 48 años, es carrioner y trabaja en la panadería Ca’n Mateu Coca. Sin embargo, la biografía de Llorenç Frau Barceló estaría incompleta si no mencionáramos su gran pasión: Eurovisión. Con la edición de este año, ya son nueve festivales en los que nuestro entrevistado ha estado presente. Y ya está pensado en el viaje a Suiza del próximo 2025…
- Este año has asistido a tu noveno festival de Eurovisión. ¿Qué tal ha ido?
- Pues imagínate, tan bien como siempre. El ambiente es impresionante, es para estar ahí, y más si eres un gran seguidor del festival, como es mi caso. Además, cuanto más pasan los años, más gente te encuentras de todo el mundo. Ya no solo de Europa, te hablo también de países como México, Venezuela, Estados Unidos o Australia, que hace unos años que acude al festival como invitada. Al final disfrutas con mucha gente de una pasión en común, y es una experiencia increíble.
- ¿Cuándo fuiste por primera vez a Eurovisión?
- Fue en 2011, en Düsseldorf, Alemania. Siempre he ido acompañado, y en este aspecto tengo mucho que agradecer a Xim, mi cuñado, que también es eurofan, y que me animó a hacer este primer viaje. A ambos nos encantó esa primera experiencia, y ya en 2012 nos hicimos socios de OGAE, una asociación de fans de Eurovisión que tiene cada país europeo. Al hacernos socios de OGAE, y participar en los diferentes concursos virtuales que organizan, eso hace que sea más fácil adquirir entradas que si vas por libre. Al tenerlo más fácil con esta asociación, ya a partir de 2013 hemos ido la semana entera, para así poder verlo todo: ensayos, semifinales y final. De las Islas, además de mi cuñado y yo, vamos a Eurovisión entre unas 20 y 30 personas cada año.
- Parte de tus vacaciones están dedicadas desde hace años a Eurovisión…
- Totalmente. Entre Eurovisión y el Benidorm Fest, gran parte de mis vacaciones se van en esos días. Respecto a Eurovisión, otra cosa muy chula que tiene asistir a este festival es que visitas muchos países. También es cierto que Suecia ha ganado tres de los últimos nueve festivales, por lo que agradecería que los suecos bajaron un poco el listón y empezaran a ganar otros países, como hizo este año Suiza, y así cambiamos más de destino (risas).
- ¿Te gustó el triunfo de Suiza este año?
- Pues sí, de hecho, desde que he empezado a asistir al festival, este ha sido el primer año que ha ganado la canción que yo quería, así que muy feliz porque ganara Suiza.
- ¿Qué te pareció esa parte más política que tuvo el festival este año, con la participación de Israel?
- Fue un festival atípico. Había muchos policías, tres escáners de seguridad… Eso sí, también te diré que lo que se veía por la tele se correspondía poco con la realidad. Las manifestaciones fueron pacíficas, y no hubo ningún daño importante. Por mi parte, yo hubiera agradecido que Israel no hubiera participado este año.
- Antes hemos hablado del Benidorm Fest. Imagino que el ambiente de ese evento es muy similar al de Eurovisión…
- Es como Eurovisión pero a pequeña escala. Por el momento, es un acontecimiento solo con eurofans españoles, y digo por el momento, porque no descartaría que en el futuro vaya a más. Creo que es un evento que está muy bien pensado, que puede ayudar mucho a que España vaya recuperando mejores posiciones en Eurovisión.
- ¿Qué crees que le falta a España para volver a ganar Eurovisión?
- El problema de España es que le damos mucha más importancia al artista que llevamos que a la canción, y creo que hay que pensar no tanto en lo que nos gusta a nosotros, sino también pensar en lo que le puede gustar al resto de Europa. Y es una pena, porque estoy convencido de que podríamos llevar canciones muy buenas cada año. En nuestro país hay cantantes y grupos muy buenos, solo hay que cambiar un poco la fórmula. La base ya la tenemos, que es el Benidorm Fest, y ahora hay que saber elegir mejor.
- Ya has estado en muchas ediciones de Eurovisión, seguro que me puedes contar alguna anécdota interesante…
- Sí, anécdotas hay muchas. Una, por ejemplo, se dio en 2016. Aquel año, aparecí durante casi un minuto en la televisión. Imagínate la cantidad de llamadas y mensajes que recibí en aquel momento. Aquella anécdota digamos que sirvió para reafirmarme aún más en la idea de olvidarme del móvil cuando estaba allí, ya que cuando estás en Eurovisión, tienes que ir a disfrutar y olvidarte del resto. Por otro lado, recuerdo otra anécdota, que esta no la conoce nadie, ni siquiera mi madre, que sucedió el año siguiente, en 2017, en Kiev.
- Tú dirás…
- Aquel año, al estar en Ucrania, hacía bastante frío, a pesar de que ya estábamos en mayo. El caso es que estuve muchas horas haciendo cola, y al entrar en el recinto en el que se celebraba el festival, la temperatura subió 20 grados de golpe. Aunque me sentía bien, al pasar unas horas y llegar la última canción, me desmayé. Claro, fue un desmayo por agotamiento general. No había bebido agua durante varias horas seguidas, no había ido al baño por temor a perder mi sitio… Lo bueno es que me recuperé enseguida. Me desperté al minuto y me situé en una puerta de acceso donde corría el aire, y allí vi el final de la gala. Como puedes ver, para un eurofan como yo, ir a Eurovisión es muy bonito pero a la vez es muy sufrido, ya que vas a darlo todo, y si no andas con cuidado, te puede suceder lo que me pasó a mí aquel año.
- Ya hemos llegado al final, Llorenç, no sé si quieres añadir algo más…
- Solo quería dedicar esta entrevista a todos mis amigos, con los que he compartido y sigo compartiendo unos momentos increíbles. Ojalá podamos disfrutar muchos años más de Eurovisión.